Uno de los millones de secretos para la felicidad que pueden existir está en la conexión con uno mismo, el conocerse bien, las cosas que te agradan hacer y en las que sientes placer y alegría, los aspectos que son tus debilidades, aquellos que se han convertido en tus fortalezas, tus talentos y todo en lo que necesitas mejorar.

La conexión contigo mismo es importante porque es la primera relación que debes desarrollar para que el resto puedan ser también saludables. Si no tienes una conexión sana contigo mismo porque no lo has visto como una prioridad hasta ahora, es momento de que empieces a dedicarte un poco más de tiempo porque te lo mereces.

Para comenzar, puedes hacerlo leyendo este listado de libros de autoestima, así podrás fortalecerla y reunir herramientas que te ayuden a apreciar más tu valía. En ocasiones, todas las ocupaciones que tenemos y la rutina del día a día nos aleja de esa conexión que sentimos con nosotros mismos a tal grado que terminamos prácticamente ignorándola y viviendo exclusivamente para las responsabilidades que tenemos y para otras personas. De hecho, puede que eso te esté pasando en la actualidad y aun no lo hayas notado.

Por otro lado, si ya lo notaste y quieres remediar la situación, mira a continuación cuáles son esos hábitos que estás poniendo en práctica de forma consciente o no y que son los responsables de que tu conexión propia se esté desvaneciendo: 

1.- Te preocupas demasiado: es normal que en momentos de nuestras vidas tengamos muchas cosas de las cuales estar pendientes lo que nos causa cierto estrés. Lo mismo ocurre cuando estamos esperando una respuesta acerca de alguna situación en específico, tenemos ansiedad por lo que puede ocurrir y pasamos tanto tiempo pensando en ello que nos olvidamos de las cosas que están pasando delante de nuestros ojos. No dejes que las preocupaciones te agobien porque lo que harás será perder el tiempo y rendir mucho menos por tener los pensamientos ocupados. En vez de preocuparte, trata de tomar cartas en el asunto en caso de que esté dentro de tus posibilidades. Esa energía de la preocupación inviértela haciendo planes que te ayuden a mejorar la situación por la que sientes inquietud.

Si la situación que te preocupa es algo que no puedes controlar o sobre la que no tienes la capacidad de influir lo mejor es que te desprendas de ella de forma mental, déjala ir y trata de ver lo positivo acerca de la misma. Si no puedes ocuparte, el preocuparte tampoco hará una diferencia así que lo mejor es que respires profundo y trates de sacudir las preocupaciones de tu mente. 

2.- Vives pensando en supuestos: algo en lo que muchas personas se enganchan y no es nada saludable, es en revivir situaciones del pasado cambiándoles ciertas cosas en su mente y pensando “qué hubiese ocurrido si…” ese tipo de suposiciones basándose en hechos que no ocurrieron ni pueden ocurrir te mantienen atado al pasado. Asimismo, cuando piensas mucho en situaciones anteriores y cómo debiste haberlas manejado de una mejor forma dejas de prestarle atención al presente e incluso puede que por eso vuelvas a cometer los mismos errores por lo que las experiencias previas habrán sido en vano. Una de las leyes espirituales de la India reza que “lo que pasa es la única cosa que pudo haber sucedido”.

Cuando te adueñas de esto sentirás un alivio y dejarás ir pensamientos del pasado que pueden estar atormentándote una y otra vez. 

3.- Te quejas mucho: este es otro de los aspectos que te resta conexión contigo mismo ya que al quejarte estás colocando todo el énfasis en las cosas que no te agradan, dándoles más poder de esa forma.

La queja es un desperdicio de energía porque se centra en señalar el problema simplemente en vez de buscar una solución para el mismo. Según Gananci, una de las claves para ser más respetado en el trabajo es evitar la queja. Esto no quiere decir que no digas las cosas que te incomodan, sino que lo hagas desde el entendimiento y buscando la solución a este tipo de situaciones. La queja es simplemente un desahogo negativo, pero tener la iniciativa de señalar un hecho que está mal para corregirlo a través de distintas ideas, es algo digno de apreciar. 

4.- Te has vuelto adicto: puede haber muchos tipos de adicciones, a sustancias, a emociones, a personas, a la tecnología y hasta al trabajo, ningún tipo de adicción es buena porque cualquier cosa en exceso pasa a ser dañina para la salud. Cuando somos adictos a algo nuestra mente no logra concentrarse en el presente, en las sensaciones y en las experiencias que vamos acumulando, sino que seguimos en todo momento con la mente puesta en el objeto de nuestra adicción. 

Haz una auto-evaluación y pregúntate si la causa de tu actual desconexión es porque te has vuelto adicto a algo y trata de ir disminuyendo la dosis, pide ayuda si es necesario porque a medida que la adicción crezca, tu propia conexión contigo mismo irá desapareciendo paulatinamente.