El don de entregarse

Partiendo de la premisa de que los seres humanos nacemos para amar y ser amados, podemos precisar en que el objetivo de nuestra existencia se define por la voluntad de ver por el bien de la persona amada. Y no lo digo yo, en realidad lo dicen casi todas las religiones, por lo menos las más famosas, y utilizan diferentes palabras pero el significado sigue siendo el mismo: no le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. 

Todo esto, querida lectora o lector, lo podemos reducir en una palabra, empatía, si nos dedicaramos constantemente a ser más empáticos con la gente que nos rodea probablemente no habrían guerras, o peleas en los estacionamientos. El verdadero arte de ponerse en los zapatos del otro le permite al hombre hacer las cosas más bellas y humanas sin esperar nada a cambio, todo basado en la simple consciencia de que dar nos da más a nosotros mismos. “(...) cuando empiezas a dar tu amor a cualquiera, incluso a los desconocidos, lo que se plantea no es a quién se lo das, sino la alegría misma de dar es tan grande que ¿a quién le importa quién va a recibirlo? Cuando este espacio entra en tu ser, das a todos y cada uno, no solo a los seres humanos, sino también a los animales, a los árboles, a las remotas estrellas... porque el amor es algo que puede transmitir incluso a la estrella más distante con una mirada amorosa” - Osho (“La pasión por lo imposible”) En la actualidad le solemos demandar a los empresarios y a los políticos que beneficien a los más necesitados o a las comunidades de escasos recursos, los obligamos a que sean socialmente responsables y que creen o se integren a un proyecto que beneficie a alguna comunidad o grupo social discriminado, sin embargo la pregunta es ¿qué estamos haciendo nosotros mismos por los demás?

Existe un invento maravilloso del ser humano para cubrir su necesidad de amar incondicionalmente y son las asociaciones civiles o voluntariados, que nos permiten entregar nuestro tiempo, nuestro dinero y nosotros mismos por el servicio de los demás. Con ello podemos contagiar amor, y eso nos llenará de energía positiva en donde nuestro espíritu se expande con la necesidad de amar más y más.

Te invito a que encuentres un proyecto en donde de identifiques y puedas apoyarlos para cambiarle el día a alguien (o la vida), poco a poco podemos hacer de este mundo un lugar mejor pero tenemos que empezar por algo. Regrésale al Universo lo que te ha prestado, expándelo e inspira a los demás a ayudar.

El #RetoTai2018 continua y junto con él la renovación de uno mismo para después inspirar a las personas que nos rodean, agradece cada una de las cosas que el universo te ofrece y vive en armonía en cuerpo, mente y espíritu.  

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