Florecer dentro de los límites.

Pepe Merhy

“Sustentabilidad es satisfacer nuestras propias necesidades, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.”

- Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (WCED)


Han pasado más de doscientos años desde la primera revolución industrial, la máquina de vapor y la industrialización suscitaron grandes cambios económicos y sociales. 


El impacto económico de la tecnología de vapor no solo procuró bienes y servicios a un costo más bajo, también suscitó un modelo económico de explotación desmedida.


Más tarde, en pleno Siglo XX, gracias a la invención de la línea de ensamblaje de Henry Ford, comenzó una nueva era: “La era del consumo masivo” o la segunda revolución industrial. 

 

Productos para las masas; automóviles, licuadoras, televisores y hasta unos jeans hechos en Bangladesh. Todos son producto de esta innovación industrial.

En la segunda mitad del Siglo XX, nuevamente una innovación tecnológica de Gates y Allen cambió el paradigma económico, "La PC" y sus aplicaciones globalizaron el mundo con la ayuda del internet.

A este momento histórico se le conoce como la tercera revolución industrial.

 

Gracias a todas estas disrupciones tecnológicas, hoy podemos ordenar desde la comodidad de nuestros teléfonos móviles comida, el supermercado o ese suplemento vitamínico que tanto necesitamos.


No es casualidad que, desde el Siglo XVIII, las emisiones de CO₂ han aumentado de forma casi vertical (Imagen 1.1) así como nuestros desechos materiales.


Desde la primera revolución industrial el modelo económico ha sido lineal: Extraer – Producir – Desechar


¿A qué costo?

Este modelo ha generado grandes costos ecológicos y sociales. No es de sorprenderse que la comunidad científica internacional ha catalogado una nueva era geológica denominada "Antropoceno" gracias al significativo impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas.


Además de esto; campesinos, productores y trabajadores son explotados. Se han vuelto dependientes del modelo de consumo de procurar bienes al costo más bajo. 


¡Estos costos, ecológicos y sociales al final son asumidos por el consumidor!


Piensa dos veces si necesitas esa prenda en tendencia del fast fashion, cuestiónate cuál es el costo real de su bajo precio. Cuestiona cuál es el costo social y ambiental de ese gadget hecho en China que estás pidiendo por Amazon.


El planeta no es infinito, la tragedia del consumismo no solo está dañando al planeta y sus ecosistemas, sino también a comunidades vulnerables y a sectores económicos no privilegiados. 


Con la automatización, la IA, el Internet de las cosas y la tecnología blockchain en el horizonte. La cuarta revolución industrial parece ser aún más disruptiva y no muy favorable para el planeta y muchos sectores de la población global. 


Esta es una oportunidad para crear un mundo equitativo en donde todos podamos prosperar. Un mundo construido en producir, usar y regresar. 


Un mundo construido en inclusión social, conservación ambiental y desarrollo económico (Imagen 1.2)



Invito al lector a familiarizarse con los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas u ODS (Imagen 1.3). Todos podemos desde nuestra trinchera cambiar el rumbo con pequeñas o grandes acciones. Desde cómo consumimos, hasta la influencia positiva que ejercemos sobre nuestra comunidad.


Es momento de reconciliarnos con la tierra y quienes habitan en ella, dar cierre al ciclo.


Florecer dentro de los límites.







Pepe Merhy

Pepe Merhy

Industrial, pionero del movimiento de la Agricultura Orgánica en México. CEO y fundador de BIOOM. Creador de marcas como Mayan Sweet y Ceremony Matcha.


@mayansweetstevia

Suscríbete

Suscribete y te acompañaremos en la búsqueda del bienestar cada mes con nuestros consejos y recomendaciones.

Suscríbete

Suscribete y te acompañaremos en la búsqueda del bienestar cada mes con nuestros consejos y recomendaciones.