Cuando el verano llega, normalmente lo hace acompañado de una terrible epidemia de desencanto laboral. 

Ya sea que convivas de cerca con niños o estudiantes que estén por salir de vacaciones, o por el hecho de que el clima hace que “se antoje” un día de playa, o simplemente la nostalgia de cuando el verano significaba una larga temporada de juegos, descanso y diversión que parecía nunca acabar, ésta pareciera ser la época en la que a todos se nos hace más difícil concentrarnos en nuestras responsabilidades, y nos pasamos el día deseando estar en otro lugar… cualquier otro lugar.

Soñar con unas buenas vacaciones es completamente normal, pero la realidad es que para los seres humanos, la productividad es una necesidad inherente, y muchas veces, la insatisfacción laboral viene precisamente de no sentirse lo suficientemente productivo, especialmente si el tiempo que pasas en el trabajo interfiere con cualquier otra de tus esferas de bienestar. En otras palabras: toda persona necesita lograr. Sea intentar una nueva receta, poner orden en tu clóset o cerrar una venta por medio millón de pesos, todos necesitamos sentirnos que fuimos capaces de conseguir un objetivo… y a veces ocurre que por distintas circunstancias, es precisamente en tu trabajo donde menos lo sientes, y eso es lo que lleva a sentirse infeliz en un trabajo que quizá no sea tan malo (y definitivamente, nunca peor que el desempleo). La buena noticia es que re-inyectar satisfacción ocupacional a tu vida (y sí, incluso a tu vida laboral) para beneficio de tus objetivos de wellness es muy sencillo. 

Aquí te compartimos algunos tips para lograrlo:

• Comienza el día, la semana o el mes con una lista de metas, sin importar si son grandes o pequeñas, como programar tu visita al dentista, evitar las grasas cuatro veces al mes u organizar los papeles en tu escritorio; descubrirás que la sensación de tachar (sea física, mental o digitalmente) una tarea realizada es hasta revitalizante.

• Disfruta al 100% tus pasatiempos. Muchas veces nos sentimos hasta un poquito culpables de dedicarle tiempo a algo “sin importancia” como un hobby; sin embargo, este tipo de actividad normalmente conlleva al logro de objetivos, aunque a veces no nos damos cuenta. Sea mejorando tus tiempos al correr, logrando los panquecitos más fotogénicos del mundo o rompiendo tu mejor puntuación en un videojuego, tus hobbies son razón más que suficiente para estar orgulloso de ti mismo.

• Aprende a decir que no. Especialmente en el trabajo, pero siempre en la vida cotidiana, habrá quien te pida cosas, y mientras nunca está de más echarle la mano a quien lo necesita, nunca falta quien se aproveche. Si eres de las personas a las que les cuesta trabajo decir “no”, cuando estés en la situación piensa brevemente en lo que podrías hacer por ti mismo si dijeras que no; eso te motivará a “aguantarte la pena” y decir lo que verdaderamente piensas. ¡Y no te disculpes!

• Inyéctale variedad a tu rutina. Si todos los días haces lo mismo y todos los fines de semana también, cada día se te hace eterno, hasta que no te explicas cómo ya pasaron tres años desde la última vez que hiciste algo interesante. Dedica tu tiempo libre a hacer cosas diferentes, como visitar un nuevo (¿y exótico?) restaurante, o pasar el día en la playa, conocer una zona arqueológica que no conocías, o visitar un cenote con tu familia o amigos. Te garantizamos que recordarás la diferencia entre vivir y existir.

• Decídete a traer un cambio a tu cotidianidad: ya sea que te propongas hacer un cambio en tu alimentación (adiós carne… ¿los lunes?), intentar una nueva actividad física (¡aquí vamos, esgrima!) o cambiarte el look a algo locochón (¡siempre quise tener el cabello rojo encendido!), la variedad rompe la monotonía y aligera la carga de tus obligaciones.

Así que no esperes más y comienza a lograr en pequeña y en gran escala; sea que decidas pintarte el cabello de rosa o necesites un masaje relajante después de un domingo de rappel, en The T’ai Spa te esperamos para ayudarte a conseguirlo.