Son varias las causas del cabello seco: que el cuero cabelludo esté deshidratado y las glándulas sebáceas no produzcan la grasa capilar necesaria, nuestros malos hábitos en el cuidado y peinado pueden alterar el equilibrio natural del cabello. Las coloraciones o el uso excesivo de la secadora, de la plancha o tenazas lo resecan muchísimo.
El cabello seco se parte con mucha facilidad, se desenreda con dificultad y presenta ausencia de brillo. Cuando lo tocamos nos recuerda a una paja, ya que no está protegido por la grasa capilar que normalmente lo cubre, se vuelve fino y permeable.
Sin el recubrimiento de la grasa capilar, la cutícula se vuelve áspera y porosa -normalmente es lisa y uniforme-, el agua que contiene la fibra capilar se escapa a través de las pequeñas fisuras de la fibra y al final el cabello acaba se torna deshidratado.
Existen productos capilares específicos para este tipo de cabello que ponen freno al fenómeno de la sequedad: un tratamiento hidratante sobre todo después de exponerlo al sol durante las vacaciones.
Algunos tips para tratar el cabello seco:
No te laves el cabello diariamente, con cada lavado eliminas la película lipídica que lo protege.
Utiliza productos que hayan sido formulados para tratar los cabellos secos.
Aplícate una mascarilla capilar al menos una vez a la semana. Proporciona mucha hidratación y sella su superficie con aceites que lo protegen.
En la medida de lo posible, deja secar tu cabello al aire libre, ya que las fuentes de calor son muy agresivas para el cabello afectando su hidratación.
Masajea regularmente tu cuero cabelludo para activar la circulación sanguínea y estimular la secreción de grasa capilar.
Utiliza peines y cepillos de calidad, sino pueden dañar la cutícula capilar y volverla aún más áspera.
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