Cuando el final de otro año se aproxima, muchas personas hacen un recuento de lo que lograron -o no- durante los últimos 365 días. Se alegran por sus triunfos, se entristecen por aquello que no alcanzaron.

Esto lo hacemos casi todos ya sea de manera consciente o inconsciente. Luego de esto, cuando las campanadas ya están marcando el inminente comienzo de un año nuevo, también muchos nos hacemos una serie de promesas que pretendemos cumplir en el futuro cercano. Siendo realistas muchas de esas promesas se quedarán en eso, porque cuando hay un año nuevo, el futuro se ve prometedor.

La cuestión es que muchas veces hacemos esas resoluciones por el calor de la emoción y no pensando en cómo haremos para lograrlo. Por esa razón es que quedan tantas cosas pendientes cuando el año termina. Pero aquí estamos otra vez, en diciembre, listos para ser optimistas.

A finales de diciembre salen a relucir 2 tipos de personas: los que están sufriendo por todo lo que no pudieron lograr y creen que el año siguiente será igual y los que están emocionados acerca de las cosas buenas que puede traer el nuevo periodo. Si eres de los primeros, es necesario que sepas que eres capaz de lograr lo que te propongas, puedes aprender algunas claves para creer en ti mismo.

Y si perteneces al segundo grupo, mira a continuación el siguiente ritual para que alcances tus objetivos de manera más fácil el próximo año: 

Al despertar Los hábitos se forman después de 21 días de práctica ininterrumpida. Recuerda que, si dejas de hacerlo, deberás comenzar de nuevo el ciclo de 21 días para que puedas arraigar esta nueva costumbre en tu vida. Cuando te despiertas en las mañanas tienes la energía muy alta.

Tanto la energía física porque apenas estás despertando de tu descanso como la energía espiritual ya que cuando recién despiertas todos tus problemas y preocupaciones están en pausa mientras no te haces consciente de ellos.

Por eso ese momento es perfecto para el primer ritual basado en la filosofía FAF (Felicidad, abundancia y Facilidad) Estoy donde estoy y estoy bien Apenas abras los ojos en la mañana repite las siguientes palabras: estoy donde estoy y estoy bien. Repítelas con convicción, creyendo que todo en la vida ocurre con un propósito -positivo-del cual no puedes escapar. Varias filosofías coinciden con esto.

En el pasaje de la biblia de Romanos 8:28b dice “todas las cosas ayudan a bien”, mientras la tercera ley de la sabiduría espiritual de la India indica que “lo que pasa es la única cosa que pudo haber sucedido”. Así en el momento algo te parezca absurdo o problemático, puedes sacarle el lado positivo. Cuando logras eso, estarás enviando al universo el mensaje de que estás preparado para todo lo que venga y sabes apreciarlo.

Una actitud positiva es el mejor camino hacia el éxito según Gananci. Por otro lado, cuando pronuncias estas poderosas palabras, la ley de atracción se encargará de hacer su parte. Atraerás más bienestar hacia ti y alegría, porque eso es lo que tú estás enviando en ese momento. Toma agua Seguido de esto, y antes de ingerir cualquier otro alimento, toma medio vaso de agua tibia o a temperatura ambiente con el zumo de medio limón, esto a su vez depurará tu hígado de toxinas nocivas para el cuerpo y te dará una serie de beneficios increíbles.

Esta agua también es simbólica, atraes con tu energía y mente lo que quieres para tu vida a la vez que te deshaces conscientemente de aquello que no quieres para ti. Para que puedas llevar este sencillo ritual a cabo todos los días puedes dejar cercana a tu cama alguna prenda o señal que te recuerde hacerlo.

Por ejemplo, un papel sobre tu mesa de noche que diga “estoy donde estoy y estoy bien” o dejar el agua preparada desde la noche anterior para ingerirla en ayunas cuando despiertes después de pronunciar estas importantes palabras que además de atraer cosas buenas, demuestran alegría y agradecimiento por aquellas que ya posees.